viernes, 26 de junio de 2009

SEVILLA



No hay duda que mi Sevilla
por su aroma y su belleza,
de la tierra y su grandeza
es la octava maravilla.

Es como un jardín florido
con perfume de azahares
y sonido de cantares
que embrujan a los sentidos..

¡Bendito sea aquel día
en que en Sevilla nací,
rodeado de sus flores!

¡Bendita sea la alegría
que en mi pecho yo sentí,
Sevilla de mis amores...!

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